Tierra de nadie.
Había una vez un lugar desolado por los niños llamado: Tierra de nadie, en el que vivían solamente dos personas y un gato.
Por un lado encontramos a Tierra, un hombre de 50 años cuya esposa, Nadie había muerto hace dos años y su hijo pequeño de cuatro años llamado Todo;era tan curioso como su gato Joaquín.
Tierra de nadie era un lugar sombrío; el sol se tornaba azul y el cielo era color sangre con nubes grises desde que Nadie había muerto; pero tierra de nadie tuvo sus mejores momentos, siempre era visitado y admirado por los turistas quienes se sorprendían ante los colores cambiantes del cielo cada hora; los niños corrían y jugaban en el parque de la plaza principal.
Pero un día, Nadie enfermo y el cielo empezó a llorar colores, los niños alegres empezaron a correr y reír entre aquellas lágrimas. De repente aquellas lágrimas se volvieron negras y los niños corrieron velozmente asustados con sus padres; tan pronto como aquellas lágrimas descendieron tierra de nadie fue abandonado por los turistas enfadados.
Tierra muy triste tomo de la mano a Todo quién lloraba desolado por su madre, mientras veían a lo lejos a aquellos últimos turistas abandonando su preciada tierra, cuanto más se alejaban las lágrimas disminuían y el cielo se despejaba en tonos grises.
Ahora Tierra estaba solo; Nadie se había ido para siempre y hasta al pobre Joaquín su pelaje amarillo le había cambiado, pero Todo aún tenía esperanza; tomo a Joaquín y le dijo:
-No te preocupes pequeño amigo, tu pelaje amarillo volverá, igual que el cielo, el sol y la sonrisa de papá.
Por un lado encontramos a Tierra, un hombre de 50 años cuya esposa, Nadie había muerto hace dos años y su hijo pequeño de cuatro años llamado Todo;era tan curioso como su gato Joaquín.
Tierra de nadie era un lugar sombrío; el sol se tornaba azul y el cielo era color sangre con nubes grises desde que Nadie había muerto; pero tierra de nadie tuvo sus mejores momentos, siempre era visitado y admirado por los turistas quienes se sorprendían ante los colores cambiantes del cielo cada hora; los niños corrían y jugaban en el parque de la plaza principal.
Pero un día, Nadie enfermo y el cielo empezó a llorar colores, los niños alegres empezaron a correr y reír entre aquellas lágrimas. De repente aquellas lágrimas se volvieron negras y los niños corrieron velozmente asustados con sus padres; tan pronto como aquellas lágrimas descendieron tierra de nadie fue abandonado por los turistas enfadados.
Tierra muy triste tomo de la mano a Todo quién lloraba desolado por su madre, mientras veían a lo lejos a aquellos últimos turistas abandonando su preciada tierra, cuanto más se alejaban las lágrimas disminuían y el cielo se despejaba en tonos grises.
Ahora Tierra estaba solo; Nadie se había ido para siempre y hasta al pobre Joaquín su pelaje amarillo le había cambiado, pero Todo aún tenía esperanza; tomo a Joaquín y le dijo:
-No te preocupes pequeño amigo, tu pelaje amarillo volverá, igual que el cielo, el sol y la sonrisa de papá.
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